viernes, 11 de abril de 2014

Campaña 100x100 pública

En Enero se puso en marcha la campaña 100x100 pública. ¿Por qué? Sencillamente para evitar la privatización encubierta de la Sanidad. ¿Qué es lo que sucede que ha hecho necesario el tomar cartas sobre el asunto? Nada nuevo, desde hace tiempo la Consejería deriva pacientes a hospitales privados para operarse con el pretexto de las largas listas de espera. ¿Cuales son las consecuencias? Pues que el paciente se opera en un sitio que no conoce, en el que nadie se ha preocupado de establecer una relación de confianza con él. ¿Cómo se gestiona? El gobierno pacta el número de pacientes que se atenderán en las clínicas y, lógicamente, paga por ese servicio, luego llama a los pacientes y les dice que se presenten allí, sin ofrecerles otra alternativa. ¿Con qué se paga, si no hay dinero? Las cuentas salen a costa de reducir el presupuesto destinado a la pública. ¿Es rentable? Para la privada sin duda ya que las complicaciones derivadas de la cirugía, las urgencias y las revisiones se harán en su hospital público. ¿Es cierto que ha crecido la lista de espera? Sí. ¿Cuál es el motivo? El recorte de puestos de trabajo. Se han cancelado consultas porque no hay personal para pasarlas, se han reducido plantillas en los distintos servicios y se han cancelado las jornadas quirúrgicas de tarde que se realizaban en la pública.

¿Qué opina el gobierno de esta campaña? Más o menos siente la misma satisfacción al respecto que el pueblo al preguntarle sobre los políticos. El propio consejero de Sanidad ha tachado esta campaña como una "irresponsabilidad" porque en palabras de Javier Rodríguez podría causar muertes innecesarias "esperando en la lista de espera se puede morir. Luego que no nos digan que estaba esperando aquí y que se ha muerto". ¿No es acaso irresponsable operar un caso que no se conoce, en el que no existe una relación previa de confianza entre médico y paciente? ¿No se puede invertir el dinero que se deriva a la privada en mejorar la estructura de la pública y aprovechar mejor sus recursos? Lo último es que la Consejería ha amenazado con expedientar a los médicos que informen de todo esto en su consulta. Al parecer si le explicas a los pacientes que tienen opciones, que no están obligados a operarse en un hospital en el que nunca les han visto, que les engañan cuando les hablan de lista de espera, y si les avisas de que es posible que les amenacen si se niegan y les informas de lo qué pueden hacer para evitar que les castiguen por rechazar una derivación, resulta que lo haces mal. ¿En serio somos los médicos los que lo hacemos mal?

Muchos enfermos carecían de esta información y, desde que se les proporciona, las derivación de la pública a la privada han bajado un 17% por rechazo de los pacientes. Además ha aumentado el número de reclamaciones por el mismo motivo, los pacientes demandan ser intervenidos en su centro y denuncian las penalizaciones a las que se les somete por actuar en consecuencia (al rechazar la derivación se les pone al final o incluso se les llega a sacar de la lista de espera, sin informar a su médico que, no lo descubre hasta mucho más tarde, dado que es imposible llevar un registro de los detalles de todos los enfermos en la cabeza). Al incluir a un paciente en la lista quirúrgica es obligatorio explicarles la cirugía, las complicaciones y que firmen el consentimiento en el que figura que pueden morir, sin embargo no es necesario que sepan que tienen la capacidad de negarse a ser intervenidos en un lugar desconocido por un médico al que verán en el quirófano por primera vez. ¿Qué tipo de gobierno es el que pretende aprovecharse de la ignorancia de sus súbditos?

1 comentario:

Carmen dijo...

Ya me había llegado la información desde facebook. Es una pena que estemos llegando a esta situación y todo lo público se esté dejando de lado. Yo sé a lo que lleva eso porque lo veo todos los días en USA, lo único que se consigue es aumentar la diferencia entre ricos y pobres y dejar todos los servicios públicos para los pobres. No sé por qué tenemos que copiar siempre lo malo de otros países y nunca copiamos lo bueno.